Siento que he perdido mi guía,
el rumbo claro de mi vida.
Camino sin saber a dónde,
por un sendero incierto,
donde todo lo que siento
me resulta ajeno,
desconocido.
Ya no sé si lo que habita en mi pecho
es tristeza, rabia o vacío.
Solo sé que pesa,
que me nubla,
que me abruma.
Mis pasos suenan huecos
y mi alma, desorientada,
busca señales en el viento,
pero todo es niebla,
todo es nada.
Y me detengo…
porque no sé si seguir es avanzar
o perderme más.
Porque no sé
si lo que siento
es mío
o simplemente…
me habita sin permiso.