Fulgor de mi alma
En la quietud nocturna,
mi anhelo te desnuda,
libre al fin del laberinto,
en serena burbuja.
Mi alma te dibuja
en la bonanza del sueño,
donde al fin te encuentro,
dama de mi fuego.
Te evoco al andar
los senderos de mi terruño,
tu espíritu conmigo,
teje nuestros susurros.
Sé de tu vuelo ahora,
en los celestes surcos,
con la pasión ardorosa
de un amor profundo.
Te siento elevada,
con un idilio reverente,
un hasta luego breve
te abraza para siempre.