Soy presente de tu andar,
tu atrevimiento ante la tierra,
tu paso
con fuerza de voluntad.
Y de tu presencia audaz,
y tu lenguaje liviano,
o tu rugido
que palpita ganas de amar.
También soy orgulloso
de tu mirada, tu llamarada
y tu sonrisa culposa,
porque juntos estamos nosotros.
Y porque tu alma
se ve fuerte como la mía,
es que yo te quiero a ti,
de igual a igual.
Y porque tu alma
se ve fuerte como la mía,
es que yo te quiero a ti,
de igual a igual.