Deja perderme en tu mirada,
hija de Hiperión,
deja que el amanecer
nos brinde el significado
de nuestro amor,
deja que revele en un beso
las puertas del infierno
para recorrer después
nuestros cielos.
Deja que con un suspiro
te bese el alma
y descubra tu alba,
brillante estrella
que anuncias la aurora.
Deja que el dolor sea insensible,
ámame sin culpabilidad,
sin celos ni remordimientos,
poseedora de Ares,
porque a pesar de que en otoño
los árboles pierden sus hojas,
siempre se mantienen de pie.
Gotas de rocío,
de silencios, de nada,
gotas que cubren el cuerpo
sin rozar la piel,
torrente mágico de amor,
balada de ensueño.
Brisas de besos cálidos,
mixtura de mujer,
crepúsculo de ilusión,
flor de verano.
Autor: Manuel Sedamano
Libro: Mythos (3k, 2018)