Tu insistiendo en rehusar volver por los recuerdos…
obligándote a desconocerme,
tratando de empujarme a tu sombría indiferencia…
para que una vez más me decepcione,
poniendo más distancia entre nosotros…
para que se enfríe cualquier opción,
la mínima chispa…que nos pudiese encender de nuevo…
con algún pretexto.
Tu empeñada en negar aquella inolvidable historia,
haciendo lo imposible por no recapitular…
prohibiéndole a tu instinto traerme de regreso,
y a tus sueños castigándolos a un insomnio permanente.
Has tratado de cerrar todo acceso al reencuentro.
Tu sepultaste el pasado para siempre…
mientras yo solo existo…
por la impulsiva causa de su reflejo.
Que distintos fuimos entonces,
no sé cómo coincidimos aquel momento,
cómo fue que llegamos a ser uno…
si la verdad es que somos abismalmente diferentes.
Debe ser que anduvimos ofuscados…
quizá deslumbrados por lo ficticio de la pasión…
con la que tropezamos,
tal vez obsesionados…
queriendo a cualquier precio que esta vez funcione,
imaginándonos que éramos compatibles…
el uno para el otro,
los dos en cóncavo y convexo.
Y que amargo resulta darse cuenta de lo inverso,
éramos totalmente contrapuestos,
pero más doloroso resulta…
que solo el uno se haya quedado queriendo…
mientras el otro… le place el alejamiento.
Qué ironía quererte así… y no morir en el intento,
que absurdo vivir encadenado…a este eterno sufrimiento.
Qué ironía quererte así…
que ironía.