...
Le miré, me miró mas nada dijo
y sentí su expresión interrogante;
mueca di, de pedir favor de amante
como gata que maulla por cobijo.
Yo pensé, por su cara de acertijo
que me daba un desprecio por talante,
y por Dios, que no habría ni un obstante
en amor, que por fe ya se bendijo.
Le miré con visión de enamorada
y al no ver en mi súplica respuesta,
le tiré a la vil cara un libro viejo.
Me quedé muy llorosa y despechada,
y en temor por la suerte tan funesta
que tendría al romper mi feo espejo.
.....
Jhetsefany