Se duerme el alma
y cesa el corazón
en sus latidos.
Luego, tus labios,
dibujarán, sin forma,
una sonrisa.
Y yo estaré,
despierto y abrazándote
contra mi pecho.
Iré contigo
y juntos viviremos
un dulce sueño.
Serán las olas
y el mar, quien nos conduzca,
hasta una isla.
Allí la luna,
y el cielo, se conjuran,
en un poema.
Y nuestros versos,
con besos trazaremos,
entre las nubes.
Será la brisa,
la tinta que describa
este suceso.
Y con la noche
muy juntos, vivieremos,
esta utopía.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/25