Josué López García

Hasta no tenerte, oh mujer

Hasta no perderte, oh mujer,

que por tus palabras tan seguras

sean mis manos partícipes de nuestro abrazo.

Si tan solo escucharas un latido mío

cuando evoca tu nombre un pensar,

una plegaria humilde.

No seas solo una cara fugaz, oh mujer,

que por nuestro incierto mañana 

seas amor eterno de ensueño.

Hasta no verte en mi regazo trémulo, oh inmaculada mujer, 

harás fárragos inconclusos

fruto de mis noches en tu figura.

Si por tus razones distas a mí

me abandonas, oh mujer,

que sepas que un abrazo de fuego tuyo

me salva de mis noches.