He contado los días, las horas, los segundos y todo ese maldito tiempo que se puede medir en éste mundo,
en el que he estado y sigo estando sin ti.
Quisiera no sentir que te echo de menos, como si te hubiese tenido.
Pero sentir es lo que me permite saberme viva.
A pesar de que sea algo doloroso, triste y difícil de llevar.
Yo sé. Sé que sólo alguien triste o que esté viviendo algo como yo podrá entenderme.
Por eso escribo, por aquí, por allá.
En libretas, en servilletas, en el celular y hasta en hojas ya usadas. Porque, de algún modo, tengo que desahogar éstas palabras que gritan desde mi alma y me desangran los sentimientos.
Y no, no espero ser reconocida por ello.
Sé que en el mundo hay quienes tienen buena pluma y entre menos llame la atención mejor.
No me comparo. Porque cada persona es distinta en su manera de hacer, de vivir y de sentir.
Sólo lo hago, porque sé que todos buscamos algo. A veces, sin ser conscientes de ello.
Ya que, sin que lo esperemos, nos hallamos con textos en los cuales nos leemos desde adentro y decimos...
\"Es eso. Justo así me siento\" o \"eso me pasó a mi también\".
Y de pronto, nos sentimos acompañados, que no somos los únicos que hemos llorado, sufrido o pasado por situaciones tristes y cosas que nos han dolido demasiado.
Pues, a veces, en un texto hallamos más comprensión, que en una persona que ves cara a cara o con la que convives a diario.
Y no, para mí no son coincidencias, son Dioscidencias.
Porque llegan justo cuando las necesitamos y nos apapachan cuando no hay quien nos abrace y nos ayudan a ver más claro, cuando estamos más oscuros.
Por eso, escribo, y también para no andar maldiciendo todo el día y llevando mi mala vibra a personas, que muchas veces lo que necesitan es una sonrisa o un acto que las aliente a seguir.
Porque vaciar el alma te permite salir de la oscuridad, poder respirar y enfrentar el día...
Y las peores noches.
De: Diana Janeth Reyes Diaz.
(Diana Reydz)
Escrito el 21/05/21
Todos los derechos reservados ©️