alicia perez hernandez

Ella era una guerrera incansable... Así era mi madre

Ella era una guerrera incansable... Así era mi madre

 

Cómo empezar un poema que describa mi admiración por mi madre?

Les comparto la huella que dejó mi madre en mi y los sentimientos que guardo

mi admiración por siempre es para ella. Un ser único y maravilloso, lo diré así; 

Ella era de otra época creo que adelantada a su tiempo, y digo esto;

por qué no encuentro otra explicación. Era sabia, entera, regia, elegante,

inteligente, incansable, una guerrera de pie siempre, siempre de pie, sin importar

las circunstancias, en poca gente he visto la fortaleza que vi en ella.

pasó por el dolor de sepultar a seis de sus hijos y sé que eso fue como arrancarle 

un pedazo de su corazón, pero ella iba entera, sin derramar una lágrima, 

iba delante con su duelo caminando como un soldado herido, pero

de pie, su arma era su rosario y su Biblia y el silencio era su

dolor, sus pasos iban dejando sus huellas y sus lágrimas se

evaporan en la tierra, se formaban nubes grises en el cielo. 

y ella de pie, con su cruz a cuestas, como un viacrucis, camina lento.

estoy orgullosa de mi madre, mujer abnegada, su cuerpo cansado, debilitado 

por los años, pero iba sin desmayar, cansada por el trabajo pesado 

de tantos años, ella quedó viuda joven, con 7 hijos que sostener,

seis hijos fallecidos, ella enseñaba con su ejemplo la honradez,

y el amor a Dios, a la vida, a la familia, a los amigos, era muy

caritativa, daba sin medida al que pedía, al que necesitaba, no negaba

un pan, un vaso de agua, ni el apoyo moral, tenía la palabra precisa.

yo e tratado de caminar sus huellas pero sus zapatos me quedan grandes.

La recuerdo tal como era, sus hechos, entrega y dedicación,

Trato de imitarla lo más qué puedo recordando sus enseñanzas.

Pero sé que jamás estaré  a su altura, ¡Mi mamá era única!

Y especial, todo lo que soy se lo debo a ella, le aprendí a amar y perdonar.

El amor y la fe me lo enseñó ella, la bondad la aprendí de ella. 

y eso entendí para enseñar a mis hijos, fe, confianza en ellos mismos, y valores.

Siempre estaré agradecida que ella me haya elegido para ser su hija.

Nunca encontraré las palabras precisas para decirle gracias mamá.

 

Alicia Pérez Hernández. México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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Foto con mi hermano Tello, mi mamá y yo