De golpe despierto,
y me agarra sed.
Me levanto y paso
por cada rincón,
por cada durmiente
y por mi sombra.
Llego a la cocina,
abro la heladera
agarro una botella
y voy al ventanal.
Me tomo un sorbo,
mirando a la nada
y sin darme cuenta,
me siento solo.