nachosol

Entre tú y yo

Entre tú y yo

 

Nos separan

dos calles que no se cruzan,

un muro que escucha,

una espadaña sin campanas

que aún recuerda el tañido.

 

Nos separa una flor que no habla,

un poema sin voz,

un perro que custodia a su ama,

una caricia detenida en el tiempo,

una cinta de pelo

que el viento no se atreve a soltar.

 

Y entonces, aparece él:

el Silencio.

No como ausencia,

sino como huésped antiguo

que camina descalzo entre nosotros,

con túnica de sombra

y manos llenas de ecos.

 

El Silencio me mira.

Tiene ojos de noche sin luna

y labios sellados con lágrimas secas.

Me toma de la mano

y me guía hasta ti,

sin palabras,

como si el lenguaje fuera un sacrilegio.

 

Él lo sabe todo:

cada carta no enviada,

cada nombre que no dijimos,

cada beso que murió antes del roce.

El Silencio no duerme,

es el centinela

de lo que nunca fue,

pero arde.

 

Así te siento:

en su aliento frío,

en la brisa inmóvil de sus pasos.

Eres tú,

cuando el Silencio me abraza

como si fueras tú.