Sir Frido D\'Antuna

¿Quién, sino yo?

Y aunque nada bueno se pierda con mi muerte 

será un negro espacio que no podré llenar jamás con ningun otro ser.

Porque ¿quién sino yo, sentado en las piedras del patio,

podrá soportarme hasta la madrugada, ebrio,

con una guitarra desafinada y una sola canción

agonizando?

Se necesita paciencia, ¿verdad? Dímelo a mí.

¿Quién, sino yo, se levantará de prisa, desvelado,

a escribir cualquier basura, que más tarde

se mal llamará poema y pasará a ser riqueza?

Porque, además, no lo he dicho. ¿Quién, como yo,

será rico de tan pobre y reinará el mundo

encadenado, sin cadenas?

No quiero ni pensar en el día que tenga

que echarme a cuestas ¡yo solo! tu ausencia.

Cuando toque mis bolsillos y me encuentre solo

en la vida.

sin un dólar de mí.

¿Quién me quitará la soga

todas estas noches que sobran ?

y me secará alguna caprichosa,

obesa, vergonzosa lágrima

después de leerme a Bécquer,

ya con experiencia

para que cierre al fin

el alma y duerma.

Y aunque nada bueno se pierda,

¿quién, sino yo,

me llevará un saludo y noticias de ti, amor mío,

cuando me abrace, al fin, esta tierra?