Ironía, es la que me llevé al estar de nuevo aquí, toqué las paredes, las huellas, intactas, quien diría que ya pasaron años. Revisé con nostalgia los escritos, palabras que se desvanecieron en la memoria y hoy me abofetean el rostro al volver a leerlas.
Salí a afuera, esperando reconocerme en algún cristal roto, me senté a esperar esa charla con mis tres versiones y al final, no hubo conceso, puras discusiones, los tableros en el suelo, al igual que cientos de ilusiones.
Al final, veo a la naranja en el mismo rincón que la tiré, cuál sorpresa: aún conserva el dulce que me reconfortó, miro al cielo y las hojas del árbol rebosan de aquél fruto, sin más, sonrió, a fin de cuentas, no hubo luto.
Scarlett-oru