DE PASO POR EL JARDÍN BOTÁNICO
Cuando pones los pies
en el jardín botánico de una gran ciudad,
aunque se trate de uno modesto,
siempre te parece que abandonas la urbe y que te adentras
por el exterior del núcleo urbano,
que diriges tus pasos casi por en medio
de una selva amazónica desconocida,
que grandes pájaros de llamativas plumas
van anidar por encima de las cabezas de los visitantes
y que, en cualquier momento,
alegremente van a ponerse a piar.
Gaspar Jover Polo