No había tenido tiempo para sentarme a leer un libro,
Siempre estuve mas pendiente a despistar mi soledad,
Hasta que un día, pintando la banalidad de un recuerdo entre renglones mal leídos,
Una frase a la que le hallé mil sentidos,
Con la suave caricia de un golpe advertido,
Abrió mis ojos a una realidad,
decidí leer de reojo;
\"Ya habrá tiempo para estar tristes\"
Y pensaba en nosotros,
¿Pero cuantos años más?
Yo quería olvidarla,
O por lo menos olvidar su nombre,
Ya que estaba tan presente en cada cosa de mi vida, cosas sencillas como encender un bombillo.
Mostro tal despreció a mi perdón,
De la manera mas cruel, me cego y lo entiendo, era luz,
Que hasta llegue a pensar que de verdad me odiaba,
Quizás...
Pero ella no me odia
Ella me ama
Lo se porque dijo amarme miles de veces
Y que me odiaba una sola vez...