Cuando despiertes
tendrás tus labios frescos
para besarte.
Y me darás
el néctar tan celoso
que en ellos guardas.
También vendrán,
de nuevo, tus pupilas,
a ver el día.
Y gozarán
al ver la primavera
en todas partes.
Sobre tu piel
tendrás mil sensaciones
maravillosas.
Será la brisa
que salga de mi boca
como un suspiro.
Y la sonrisa
dibujará en tus labios
la paz del sueño.
Será un poema,
sin versos, ni palabra,
el que me ofrezcas.
Cuando despiertes,
yo estaré, como hasta ahora,
siempre a tu lado.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/05/25