Maldita sea mi suerte
por haberte amado tanto,
llegó nuestro desencanto
y vi de cerca la muerte.
Nunca hubiera imaginado
que acabaría lo nuestro
de ese modo tan siniestro,
estando tan entregado.
Más el amor es amor,
no atiende nunca a razones,
en algunas ocasiones
se rompe y causa dolor.
Vacío, inerte y perdido,
entras en una espiral
que piensas en tu final,
porque a vivir te has rendido.
Te ves de pronto en un túnel
atrapado y sin salida,
con claridad reducida,
todo se vuelve tan cruel.
Classman