Tú no sabes qué es caminar
en los muros obscuros del olvido,
en las voces calladas
y en los susurros de la lluvia amanecida.
Tú no sabes andar en las brumas
de los anhelos,
en la carretera desierta y áspera de granito
y en las dunas del desierto con el sol
que son gemelos del olvido.
Tú no sabes qué es caminar descalzo
en los laberintos de mi soledad,
aullando como lobo solitario
en los aires desiertos
que queman cuando piso.
Tú no sabes vivir como yo vivo
absorto y loco,
a veces ido
a veces conmovido por lo que yo te causo.
Tú no sabes vivir como yo vivo:
intenso y loco
como un murmullo
como un suspiro
como el susurro de un pájaro
estrepitoso y bárbaro
conmovedor y absurdo;
en las tardes de mis pasos,
en las paredes húmedas de nuestro cuarto.
Tú no sabes, mujer,
que en estos versos que lanzo,
como hondero solitario,
son las campanas del amanecer de los encuentros,
el despertar de nuestro verbo,
la alas vivas de nuestro pecho...
Sólo a mi me pasa esto,
como para que sepas que te amo.
Te extraño cada vez que me siento lejos...
para llegar a ti, los caminos son estos.
Porque estás en mi
melancólica y callada,
reloj del tiempo
inmaculada sombra
horizonte de mi pensamiento.
Sellemos, pues, este austral momento,
añejo amor
que se amarra a mi silencio
como un péndulo del tiempo...
con un eterno...y delicado beso...
Abril 8, 2025 D.R.