Escucho tu voz; se queda
tu mirada en mi regazo
y nazareno te abrazo,
la palabra se me enreda
para que el tiempo no pueda
decirle adiós al regreso.
Bajo tus ojos voy preso,
sonrisa plena y desnuda,
tu boca es mañana muda,
promesa de amor: un beso.
Un ángel inerme toca
mis versos con la mirada,
en su soledad callada
hay un cuerpo que provoca,
insisto porque en su boca
renace mi paz perdida.
En la esperanza prohibida
de mis deseos profundos,
ayer amarré los mundos
con los que sueña su vida.
Autor: Carlos Villanueva
Libro: Beso de medianoche (3k, 2018)