Laura Meyer

Dueña de mi incendio

Me llama el deseo en mi piel despierta,

y en el roce que enciende cada fibra,

donde el eco muerde, profundo y salvaje,

mi cuerpo arde en su propio viaje.

 

Voy, me entrego sin misterios,

con los dedos ansiosos,

las ganas desbordadas,

dueña absoluta de mi incendio.

 

Porque solo allí,

en el vértigo de su reclamo,

me encuentro completa,

libre, sin fronteras,

y me derramo en el suspiro que me anega.

 

Laura Meyer