Irmaelvira Tamez

ADICCIÓN


Adicta a beber tu aliento

a aspirar tu piel, a hablar contigo,

sentir cómo me recorres desde los pies,

admirarte para disfrutar el insomnio

que tantas noches me posee:

ver tu dormir-tu despertar

acariciar cada trazo, cada relieve,

mimetizarme para entender y sentir:

lo que sabes, lo que sientes, cómo piensas;

eres poema romántico, sensual, provocas mis sentidos.

Pero háblame,

di que tú sientes lo mismo,

que a mis manos te acostumbraste,

a mis palabras, que saboreas mis delirios,

que te sacias de mi deseo insaciable

que también te has vuelto adicto a mí:

a mi cabello sobre tu rostro,

a fingir que duermes mientras yo

sólo te veo y te acaricio.