Se da la vuelta, se pasea,
se detiene, balbucea,
con sus lentes enfoca y me desenfoca,
no me ve, ni me alza a ver,
camino de frente y el mira para atrás,
me siento en administración y el corre a biblioteca,
estoy fuera de su oficina mirándole con ojos de amor,
pero el lleva adentro todo el rato pensando en que hará hoy,
no juzga mi caminar, ni mi hablar,
porque no me toma en cuenta,
en su delante no existo,
no siente mi presencia,
no le interesa mi esencia,
y eso me deja perpleja,
porque yo lo miro por el ventanal,
que distancia mi ubicación de su computador,
preguntándome por muchos instantes: ¿como sera sentir su respiración?.