Como la estrella que hermosa brilla,
como la rosa que floreció,
como un arcángel que el cielo habita;
¡vino tu amor!
Como los ríos que se deslizan
muy suavemente mirando al sol;
¡como rocío de fresca brisa
te siento yo!
Cuando contemplo tu luz divina
siento en el alma total fervor;
ese que inspira
fe imperturbable que adora a Dios;
¡para entregarte de forma ungida
mi corazón!
Autor: Aníbal Rodríguez.