Edwin Acosta Pena

No vienes hoy.

No vienes hoy,

existe una similitud

entre tu voz 

y el sonido crepuscular 

que sostiene la tarde, 

es la esencia

de la aurora purpurina 

cuando sé 

que el hoy sin tí

es el mismo hoy de siempre

cuando no llegas…

No estás,

precisamente ahora, 

en este instante

del pálpito veloz, 

de la ira del recuerdo,

de las puertas ocultas 

y de las frases muertas…

Quizá ya no vendrás,

no estás en la agonía 

cuando fijo mis ojos

a la furiosa roca 

del otro lado mar,

no llegarás a la amalgama 

de racimos verdes

de la choza abandonada 

donde vuelan mis sueños…

Tú, ausente de mis caricias,

y yo tan lejos

del cielo de tu rostro…

El día, cada vez más inquieto 

amarga hasta las hojas 

de la arboleda olvidada,

más tu beso de cada noche

será un sueño escondido

en lo oscuro de mi alma.

©.