JUSTO ALDÚ

DONDE NO LLEGA EL ECO, QUEDA EL AMIGO.

I
Hay silencios que no laten,
grietas donde el grito muere,
pero una mano sin ruido
sostiene igual los bordes.
Ese es el amigo callado:
no el que responde primero,
sino el que oye sin ser llamado.

II
Cuando el humo aún toca el techo
y nadie pregunta el fuego,
él llega con manos abiertas,
restaura sin mapa ni dueño,
y barre el polvo del alma
sin juicio ni cuestionamiento.

III
No brilla en la luz del día,
pero se queda en la sombra.
No pide nombre ni rostro,
camina detrás del viento,
y si el mundo olvida tu canto,
él lo guarda en su silencio.

IV
Es faro sin luz visible,
presencia sin peso ni ruido.
Cuando otros aplauden tu oro,
él carga el barro contigo
y entiende, sin frase ni gesto,
que el que ama, no da testigo.

V
Y así -donde no hay respuesta-
donde el eco no regresa,
él permanece invisible,
como raíz bajo piedra,
que sin flor, sin hoja, sin trino,
salva al árbol de su entrega.



JUSTO ALDÚ
Panameño
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