Leoness

Y, me dejo hacer

El viento enamoraba su

Ensortijada y rojiza melena

Pues, modelaba su faz

En infinitos y deseables estilos.

Envolvía, de vez en cuando

Sus azulencos ojos tras la

Cortina de azafrán y reflejos

Rubescentes, que sintonizaban

Con un pecoso rostro de

Sensibilizadores y pálidos labios.

La suave y sonrosada dermis,

Su figura de feomelanina, sus

Esbeltas piernas, los pies descalzos.

Seducía el misterioso halo que

me atrapaba entre sus

desnudos brazos, entre sus

lamidos y húmedos labios.

Traspasado por su mirada,

Nerviosa y risueña, el contacto

Del cálido cuerpo, el eco de sus latidos,

El pulso de mi ansiedad contagia y,

¡me dejo hacer!…

 

¡Aquel deseo compartido, envolvió mis pensamientos bajo la rizosa y áurea cascada de audaces bermejos cabellos, enmudeció mi latido!