En lo más profundo de mi ser,
lo pensé,
quise creer,
y recordé que nunca estuvimos hechos
para estar juntos y envejecer.
Quise volver,
dejar de crecer,
verte,
y con suerte,
volver a creer.
Me pregunté si nos podríamos ver,
y recordé que hasta una mirada puede
doler.
Intenté creer,
pero tristemente logré comprender que
jamás podremos volver.
José Miguel Troya Cotrina
7 de Mayo del 2025