Duermo la Vida
Enamorada de Huracanes
y Vientos.
Duermo la Muerte
en la Caricia Árida
de ese Rostro Amado, Ausente.
Huyo de Soles y Estrellas
Adormecidas,
Devorados sus Rayos
en un Cofre Cerrado,
Amurados sus Recuerdos
entre Pétalos Rancios
Hechos Ceniza.
Duermo la Vida, la Muerte
Duermo,
Apaciguando casi sin Quererlo
esas,
esas Rancias e Imposibles
Bestias del Sin Olvido.
(Patricia)