Qué pesado estaba el aire.
Ya había llovido, pero
el calor y la humedad
persistían.
Ganas de no hacer
absolutamente nada,
aplastada.
Ni los pájaros se acercaron
esa mañana.
Qué rumbos, habrán tomado.
Seguro cerca de la fuente
de agua se bañarían .
Permanecí muda,
inerte me zambullí
dentro de las almohadas.
Otra vez la melancolía,
me había inundado.
(rosi12)