Raiza N. Jiménez E.

Recomenzar.-

Me enamoré de ti, un día cualquiera, esa mañana de enero.

No te vi más y, una tristeza cobró cuerpo, en mi humanidad.

Ayer te apareciste, luciendo tu orgullo y, ese carácter artero.

Hoy, sin reservas, mi ser se ha decidido, vencer tu banalidad.

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Esa pretensión tuya de qué, te pida disculpas, no tiene cabida.

Me pides que repiense, pretendiendo extinguir, mi existencia.

Precaria intencionalidad la tuya qué, pretendía, anular mi vida.

Hubo días de esos alocados, en los que solo valía, tu presencia.

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Confieso que, el amor me tornó ciega, en aciagos, momentos.

Amado mío, no aceptaré tus desvíos, aunque siga enamorada.

No es mucho lo que te pido, solo que yo, no quiero tormentos.

No pido algo que, no merezca y, no pretendo vivir atormentada.

                                                  **-**

Vago destino sería el mío, sí me encamino, por tunas y desiertos.

He dirigido mis pasos, en búsqueda del amor y, eso me hizo venir.

Dejarte, aunque, te amaba, me indujo a la búsqueda de lo cierto.

       He decido intentarlo, para darle otra oportunidad a mí existir.                                                  

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¡La experiencia de situaciones dolorosas, tienen un valor inmenso.

Cada lágrima, por amor derramada, reclama respeto y consenso!