He acabado mis reservas, he consumido mi último cigarro y aún estás aquí, preciosa, atormentando a este sucio bastardo.
Llenas está sala con tu perfume de Camelia, solo has con mi alma lo que quieras.
Las horas veo pasar y junto a ellas tu cuerpo veo danzar, no es justo cariño, que no me dejes ni soñar.