nachosol

la lluvia.

 

la lluvia.

 

Llueve.

no tengo prisa.

 

El mundo se diluye

tras el vidrio empañado

como un recuerdo

que no quiere irse,

pero tampoco duele.

 

Me quedo quieto.

No espero a nadie.

Sólo veo cómo las gotas

se deslizan, se buscan,

se funden y caen.

 

No es tristeza lo que siento,

es algo más suave,

como una nostalgia sin rostro,

una paz que no necesita razones.

 

Pienso en todo lo que no fue,

en lo que dejé de decir

por miedo o por costumbre.

Y sin embargo,

la lluvia sigue cayendo

sin juzgarme.

 

De fondo, la tetera suspira,

y en el alféizar,

un pájaro se sacude el agua

como si supiera

que no todo se puede retener.

 

Llueve.

Y por un momento,

me basta con mirar.