LOS IMPUESTOS AL AMOR
Me he parado a pensar, y a contar,
todos los besos que te he dado.
Luego, he contado también todos
los que quería darte y no te di.
La diferencia es infinitamente abismal.
Son muchísimos más, los que quería
darte y no conseguí poner en tu boca.
Así pues cariño, ¡Esto hay que arreglarlo!
Arreglarlo y equilibrar las dos cuentas.
Igualarlas o hacer que sea más grande
la cifra de los besos dados, que la otra.
No me cuadra este desbarajuste de cifras.
Este desfase de números es peor que una
mala declaración del impuesto de la renta.
Al igual que hace Hacienda, tampoco yo
te voy a permitir este baile de números.
Te voy a dar cita, fecha y hora para que te
pases por mi casa y cumplas correctamente
con tus deberes de ciudadana enamorada.
No hace falta que traigas a tu abogado.
Hay que ser serios en lo referente a lo que
es el impuesto sobre el amor, no se puede
decir “estoy enamorada” y no cumplir con
tus obligaciones de satisfacer al amado.
Te espero esta tarde a las cuatro, se puntual.
Se puntual por favor, lo tendré todo preparado,
incluido papel y boli para ir anotando cifras.
Te voy a amar y besar como nunca lo he hecho.