Insensible a las caídas
que la vida me propina...
A los lagartos alegro,
no por ser lobo sincero,
ni reír con el grosero.
Más, por ofrecer alas al minero
que en su afán, se debe al gran farolero.
Si yo voltearía la tortilla,
y de mí hiciese una mejor arcilla.
No tendría inconvenientes
en expulsar a serpientes
que me resquiebran los dientes...
Sedosa dulce frutilla
suéltate la coronilla...
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