Gonzalo Gomez Guzman

Manual de sabotaje emocional

Tengo el don.
No es gran cosa,
solo sé arruinar lo que me haría bien.
Una vocación pulida a filo de instinto:
cuando el amor asoma,
yo afilo excusas.

Si me mira,
digo que sus ojos son pozos,
muy hondos,
muy sinceros —y eso asusta.
Si sonríe,
afirmo que me cansa,
que esa alegría suya parece
demasiado bien ensayada.

Pero miento.
Y lo sé.
Porque sus ojos me salvan,
y su risa me limpia.
Pero si admito eso…
ya no puedo correr.

He dicho que no me gusta su voz,
aunque es la única
que ha sabido callar mis miedos.
Que su pelo no es mi tipo,
cuando en verdad el sol
le escribe cartas cada vez que lo toca.

La verdad:
no es ella.
Soy yo —
yo y este arte de estropear
todo lo que brilla.

Y ahí va ella,
sin saber que la amé tanto,
que decidí perderla
antes que admitirlo.