Florecí en la noche,
sin miedo, sin fin,
mi pelo era estrella,
marino jardín.
Azul como sombra que aprende a brillar,
mi risa era brisa,
mi paso era mar.
Me miran y siento mi luz
despertar,
mi calma es un canto
difícil de igualar.
Después de mil años,
por fin entendí:
brillar no da miedo
el miedo era en mí.