Llueve profusamente sobre el malecón,
la lluvia despierta emociones dormidas
Los momentos felices en el corazón,
maquillan las cicatrices de viejas heridas
La lluvia se extiende por toda la ciudad,
anegando a su paso la extensa vereda
La inmensa amargura de esta soledad,
nos deja rezagos de un dolor que queda
¿Cuándo amainará esta lluvia atardecida?
¿Cuándo pasará el dolor del alma silente?
¿Cuándo sanará el suplicio de estas heridas,
que dejaste ignoradas con saldo pendiente?
Cesa un poco la lluvia sobre la ciudad dormida,
arrecian los recuerdos de un amor ausente.