Yenny A. C. C.

Y de pronto

Y de pronto

empecé a sentir

un ardor profundo en la garganta,

como si el alma misma se cerrara.

Y supe —

que era el adiós

queriendo salir,

pero yo no podía,

no quería.

 

Este dolor en el pecho

llegó días antes,

avisando en silencio

lo que mi cuerpo ya sabía.

Todo se relacionaba:

la mente lo presentía,

la piel lo leía,

pero mi corazón…

iluso,

no lo creía.

 

Con cada gesto,

con cada palabra buena,

rescataba migajas

que terminaron volviéndose una cadena.

Aún tengo esperanza.

La abrazo sin fuerza.

Pero me pregunto, en lo hondo:

¿será verdad que sigue sintiendo algo en el fondo?

                           Yenny A. C. C.