La casa antigua,
y el mar esperando atrás,
es mi sueño,
para quien lo quiera escuchar…
Con el telescopio todo es tan lejano,
el caleidoscopio lo hace ver inmediato,
irrepetible el oleaje de aquel atardecer,
hermoso y humano,
latente y de tintes rosicler…
El océano plateado,
se tornaba infinito,
silente y hermoso,
me llama aún ahora,
después de la realidad… jamás desperté.