Carlos Eduardo

Hoy

 

Hoy quiero escribirte

desde lo más hondo de mí,

tú tenías una buena estrella que te guiaba,

sabía que llegarías dónde te lo propusieras,

y así fue;

 

cómo no recordar tu luz de ángel,

tu mirada serena, 

tu sublime belleza

acentuada por la sonrisa

y hoyuelos en tus mejillas;

 

quisiste que escalara el Everest

y no lo pude hacer,

te decepcionaste,

fui un fracaso,

tu llegaste a lo más alto,

partí empequeñecido.

 

Ahora veo la cruz en la cima de la montaña,

nunca podré alcanzarla.

 

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