Tus labios pronunciando mi nombre... Una y otra vez.
Una y otra vez se escucha, como el arte de nuestros cuerpos unidos demuestra que hemos llegado al quid de lo que necesitábamos sentir...
Tantos años sin rozar nuestros cuerpos, caminos totalmente diferentes se tomaron y yo, yo solo puedo decir que tus manos, tus besos, tus caricias, tus miradas, tú siempre serás mi debilidad, pero... ¿Qué seré yo para ti?
Ya lo dijiste, ya no soy nada para ti...
Tuve un amante, te tuve como amante, me tuviste, siempre nos tendremos aunque palabras no existan ya.
¿Cómo logro sacarte de mi?, cómo logro olvidar todo lo que solo tú me has hecho sentir, cómo logro dejar de pensar en ti, estando con él en su cama, mientras lo veo dormir, te recuerdo, a ti, a ti, solo a ti te recuerdo, mi querido y buen amante...
Eres quien conoce cada parte de mi, no solo de mi cuerpo, sino que de mi incapacidad de ser más allá de lo que fui contigo...
Mi amante, los años que fuimos uno del otro fueron los mejores, la pasión que desbordaba cada mirada, cada roce, cada sonrisa, cada toque, contigo lo sentí todo, ahora, no sé cómo volverlo a sentir con él... Con él, mi esposo.
¿Por qué tuve que volver a caer entre tus añorados brazos?