Por la infinita línea asfáltica,
Rueda mi camino actual,
Matizado por montañas y valles,
Ríos y quebradas y pasturas y cultivos.
Al final del camino, inmutable
La ciudad de la eterna primavera,
Donde me elevo al horizonte,
Entre aves y motas de algodón.
Una escala en el canal.
Luego entre tinieblas Hollywood se presenta.
Otras indias bajo los zapatos.
Un idioma diferente al hablar.
Y aún en la distancia,
te busco en mis pupilas,
que te recuerdan diáfana,
Hermosa, voluptuosa, deseada.
En mis desvaríos,
te he tomado entre mis brazos,
he mordido esos labios al final del beso,
he arrancado tu ropa con violencia,
para besarte toda y perderme en tus cavidades,
hasta que en desesperado grito,
suplicas te penetre y perdido en el ritmo de vaivén,
y los delirantes jadeos,
inundo los vacíos de pasión.
Thor