En el sacro fulgor de eternidades,
donde el numen ancestral se sublima,
tu esencia, cual deidad que se aproxima,
transmuta el cosmos en profundidades;
entre arcanos de ignotas soledades,
cual ígneo astro que el éter reanima,
tu espíritu inmortal, que el tiempo estima,
asciende por celestes claridades.
Del cáliz sideral, néctar arcano
destila en los jardines del empíreo,
mientras el ser trasciende lo mundano;
y en el portal del místico delirio,
donde el Verbo divino, soberano,
renace el alma, cual sagrado cirio.