He recogido flores de luz y aguas claras,
soles que arden y tempestades que estremecen.
He retenido mañanas venideras
detrás de una ventana blanca, velada por musgosos inviernos.
Las hiedras se adhieren a una tarde que se desvanece,
verdes hojas frágiles, entrelazadas al vacío,
noticias pequeñas que se pierden en mil memorias,
voces de un siglo que gritan tu nombre.
Versos que llegan de la nada,
se vierten en mi presente,
ideas de infinito que gritan en el silencio,
un clamor que me desgarra.
Y yo me ato a tu mirada,
como un náufrago a una tabla de salvación,
para sentir que existo otra vez,
que late un corazón en este desierto de tiempo.
SABAG.SAFECREATIVE