Entre El Tiempo Y Tú
Te escribo porque el silencio ya no basta para contener todo lo que llevo dentro. Parece que la distancia no solo se mide en kilómetros, sino en las veces que pienso en ti y no te tengo. ¿Cómo puede alguien estar tan lejos y tan cerca al mismo tiempo?
Cada noche cierro los ojos y te imagino aquí, frente a mí, pero la realidad me golpea al abrirlos. Y duele. Duele porque sé que mis manos están vacías y porque no importa cuántas palabras escriba, ninguna es suficiente para acortar este abismo que nos separa.
No sé si esto que siento puede llamarse amor o locura. Solo sé que eres tú quien llena mis pensamientos, quien da sentido a mis días, aunque no estés físicamente. Me aferro a tus recuerdos como quien abraza el aire, esperando que me devuelva algo de ti.
La distancia no ha hecho más que confirmarme algo: puedes estar lejos, pero nunca ausente. Porque ocupas un lugar tan profundo en mí que ni el tiempo ni la distancia pueden borrar.
Y aunque a veces me invade el miedo de que el olvido haga su trabajo, me aferro a la idea de que tal vez, en algún rincón de tu mundo, también piensas en mí.