Soy un barco,
barquito velero, sin rumbo,
sin corazón.
Sin marinero, sin Capitán,
Sin razón.
Soy barco, que llora, se hunde en su propio llanto.
El Capitan me ruega que reconsidere.
Yo soy incapaz, sé que la falta de respuesta hiere...
Pero yo sólo soy un barco.
Por mi cuenta no reacciono, y aunque quiera tanto,
Por mi cuenta no me levanto.
Velero de botella, muy difícil de conseguir,
mas muy fácil de destruir.
Quisiera ser de esas bestias grandes,
Buque, Crucero o Embarcación.
Cruzar el límite que los mortales termen,
y desembarcar en tus labios, tu corazón.
Mas sigo en mi botella, vitrina sin libertad,
que inundo con mis lágrimas, mar que debo navegar.
El Capitán se ha cansado, el marinero ha huido,
no hay ni timón, ni ancla,
que me salve del olvido.