Es la hora de liberar al alma
que no caiga conmigo en el abismo.
De callar para siempre las palabras
en un tiempo tan mortal y tan preciso.
Es ver al viento que todo lo arrastra
es ver a mi sombra con la que convivo.
Ver la realidad que siempre me alcanza
y me mantiene aún como sea vivo.
Es penetrar dentro de mi gran drama
sentir el aire que con ganas respiro.
Saber que detrás de mí no hay nada
que aún aquí sigo siendo un sustantivo.
Es tiempo de mantener la calma
mientras alejo a mi alma de mi destino.
No hay necesidad de sufrir las lágrimas
que buscan dolor donde ya no hay olvido.