COMO CASTIGO
Como castigo cogió
el tratado de filosofía práctica
que había escrito a mano durante meses,
los poemas dedicados a los bienes fundamentales,
al pan, al amor, a un río
que tanto le habían costado componer,
enrolló algunos folios más
y se los puso bajo el brazo y tomó raudo el camino
hacia una próxima elevación del terreno,
hacia un puente, hacia el cercano acueducto.
Pensaba arrojarse con ellos,
pero solo los arrojó y se entretuvo mirando
los sube y bajas agónicos
que sus obras marcaban en el descenso.
Gaspar Jover Polo