Ariel Wigodski 🇨🇱

Orión mí fiel amigo.

En las tierras de Algarrobo,  
donde los pinos susurran al viento, nació nuestra historia, mi querido Orión, un perro juguetón, fiel como el tiempo.

La parcela que juntos cuidamos, con tus ojos brillando de alegría, era nuestra casa, nuestro refugio, donde el amor crecía, día tras día.

Te dejaba huesos, te dejaba pellets, y tú, corriendo, escapabas del cerco,  tu espíritu libre, siempre inquieto, en cada llamada, siempre volvían tus pasos, y en cada regreso, mi corazón latía fuerte.

Te esperaba, fiel compañero,  
cuando llegaba en la camioneta solitaria, pero un día la tristeza me golpeó, y tu ausencia llenó de vacío mi alma.

Te mataron, Orión, lo supe por el teléfono, y aunque quise negarlo, la realidad me abrazó,  
te encontré en el portón, ya no corrías, y mis lágrimas, como lluvia, no cesaron de caer.

Te enterramos con cariño, en la parcela que amamos, pero algo se rompió dentro de mí, un sentimiento de culpa atormenta aún, porque te dejé allí, solo, sin mi compañía.

Lo siento, Orión, por no haber estado allí, por no haberte protegido de lo que te hizo daño, pero hoy, después de tantos años, te recuerdo con amor, con nostalgia y paz.

Mi fiel amigo, mi Orión, siempre vivirás en mi corazón.